20.5.07

El Ciudadano Wayne

Uno de los casos más espeluznantes, y a la vez fascinante, de venganza que se recuerde (recuerdo vago, pero extraño) ocurrió una noche de 1993. ¿El país?, ni más ni menos que Estados Unidos, una de las mayores potencias en cuanto a trastornados e historias enfermizas de todo el orbe. El caso fue mediático. El morbo cundió. Y toda una negra historia rodeó al caso.

Bobbitt, ciudadano estadounidense déspota en la intimidad de su hogar, estaba casado desde 1989 con Lorena Bobbitt, mujer de origen ecuatoriano, la cual (según declaraciones posteriores) era violentada por su marido. Casi costumbre.
Y la fatídica noche del 23 de Junio de 1993 ella fue abusada sexualmente por John W. Bobbitt, que llegó al sacro hogar en estado de embriaguez. Hasta ahí, otro caso más de violencia y desparpajo enfermizo que abundan en todo el mundo. Pero, el espectáculo recién iba a comenzar.

¡Córtala!

Aquella noche, Lorena, de 24 años, esperó que su marido se quedara dormido, luego de la agresión. Y fue ahí que se le ocurrió el masterplan. El que dio la vuelta entera al mundo. La peor pesadilla de Wayne. Y de todo hombre.
Lorena fue a la cocina, extrajo un afilado cuchillo, caminó lentamente hacia el dormitorio, se dirigió a la zona pelviana de John Bobbitt, y le dio un corte a la situación. Un ataque de proporciones. La conmoción se sintió en toda Virginia.

Lorena Bobbitt cortó con el cuchillo de cocina el pene de su marido, en un arranque de ira con dosis de locura. Luego de esto, con la carnal evidencia en su mano, tomó su automóvil, en un improvisado escape. Lorena arrojó, momentos después, el miembro de su esposo a un acampado en la calle. Como quien bota una colilla.

El escape no le duró a Lorena Bobbitt, mientras John trataba de salir del shock. Desprotegido. Expuesto. Comenzaba a tejerse uno de los más tórridos casos policiales y uno de los más peculiares. Luego de esto, la vida de John Bobbitt dio un vuelco tan inesperado como insólito.

Rápidamente comenzaron las pericias policiales, dando con el paradero de “la pieza faltante”. Lograron encontrarla en buen estado aún. Y fue cuando se dio paso a la intervención quirúrgica. Fue, posteriormente, reincorporada a la anatomía de John, en una operación que duró 8 horas. En un caso insólito. Con la actitud casi pionera de Lorena Bobbitt, la cual, con su acto, se transformo en un ícono del feminismo contra el abuso masculino. John, en cambio, se convirtió en el ícono de la peor pesadilla del sector masculino.


El Porno, yo, y mi nuevo yo.

Comenzó el juicio. Se presentaron las pruebas pertinentes. Ella justificó su ataque por los abusos recibidos. Y fue absuelta del caso ya que se consideró que actuó bajo una “locura temporal”. La parte final del plan estaba dando resultado. Sin embargo, se le condenó a 45 días en un recinto siquiátrico. John., por su parte, fue absuelto del cargo de ataque sexual. Se divorciaron en 1995.

Luego de la cirugía y el juicio, Bobbitt comenzó una carrera en el mundo del cine pornográfico, aumentando la dosis de morbo y dando lugar a las bromas de los más escépticos. Y de paso esto le ayudaba para financiar la épica operación.

Aparece en prestigiosos films como John Wayne Bobbit....Uncut, Buttman at Nudes a Poppin' 2, y en la “aclamada” y derechamente hilarante Frankenpenis (1996). En esta última, según reza la leyenda, crean a John Wayne uniendo distintas partes a su cuerpo (al más puro estilo del clásico Frankestein de Mary Shelley) y, al ver que su miembro se despega (parodiando de frentón lo ocurrido en 1993), el personaje de Bobbitt se queja lastimosamente (“Oh, no again..!”).

Robo a robo, ceniza a ceniza.

Bobbitt es conflictivo. Ha reconocido los problemas domésticos con sus cónyuges.
En 1999 participó en un gran asalto a una tienda. Quedó con libertad condicional. Y en el 2003 se le imputan cargos de maltrato contra su tercera esposa, Joana Farell (el segundo matrimonio fue en el 2001) y se le revoca la libertad condicional.
Desde 1994, ha sido arrestado 7 veces por hechos ligados a robos. Lo que demuestra que el bueno de Bobbitt es en realidad un desquiciado criminal de aquellos.
Sin más......ni menos.

Por
Zorrendo

1 Opinonimo:

Anónimo dijo...

Me habría gustado ver la incursión pornográfica de Bobbit. Más que nada por comprobar el nivel de destrozos causados por su esposa.

Esa frase final de "Frankenpenis" la habría firmado el mismísimo John Waters. Sencillamente brillante.

Saludos, Zorrendo.